A pesar del viento reinante, pasadas las 13:30 hs fuimos nuevamente junto a Romina (mi esposa), a probar suerte con los tigres de río, y estos se dieron nuevamente a la cita.
Comenzamos los primeros intentos con un río con buen nivel de agua (mucho para mi gusto) y en creciente, pero a pesar de esto los piques fueron casi inmediatos.
Ejemplares combativos y difíciles de arrimarlos a la embarcación, lo que hacían que muchos ganen la batalla y logren soltarse, haciendo super atractiva la jornada.
Romina con la sana costumbre de lograr excelentes capturas.
Alrededor de las 16 hs dimos por finalizada la jornada super satisfechos y con la promesa de volver al "dentista" antes del fin de semana.
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